

En el video de hoy te mostraremos cómo diseñamos esta infraestructura para asegurar que el 85% de los correos lleguen a la bandeja de entrada principal.
1. Nunca envíes desde tu dominio principal
Debes crear dominios secundarios. El dominio corporativo es un activo que no puedes arriesgar. Si lo usas para outbound masivo, puedes dañarlo de forma irreversible.
2. Configura correctamente tus registros técnicos
SPF, DKIM y DMARC son obligatorios. Estos registros validan que los correos que estás enviando son legítimos. Sin esto, tu tasa de entregabilidad cae de inmediato.
3. Usa múltiples dominios y cuentas distribuidas
La práctica recomendada es usar entre 5 y 10 dominios, con 2 cuentas por dominio. Cada una debe enviar un máximo de 30 a 50 correos al día. Esto permite escalar sin levantar alertas.
4. Calienta tus cuentas antes de enviar
Durante al menos 14 días, simula actividad real entre esas cuentas (respuestas, reenvíos, interacciones) para construir una reputación positiva. Esto se hace de forma automatizada con herramientas especializadas.
5. Evita usar rastreadores de apertura y clic
Hoy, los scripts de tracking son una bandera roja para los proveedores. Si quieres llegar a inbox, prioriza la entregabilidad por sobre las métricas de vanidad.
6. Mantén una cadencia humana
No dispares mensajes cada 30 segundos. Introduce pausas, comportamientos naturales y envíos secuenciales para simular acciones reales de un humano.
Una campaña outbound puede tener el mejor copy y la mejor oferta, pero si tus correos no llegan a la bandeja principal, estás perdiendo tiempo y dinero.
Hoy, Gmail, Outlook y otros proveedores usan filtros inteligentes que detectan patrones de spam con más precisión que nunca. Si no entiendes cómo funciona la infraestructura técnica detrás del envío, tus mensajes no van a tener impacto.

Lucas
Marketing
1 de julio de 2025
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